Cuando las horas decantan en la inquieta oscuridad de la calle, en mi balcón las luces siguen altas. La versión despierta de mi mente intenta descifrar la estratagema perfectible del abecedario.
Encadenando vocales y consonantes, rearmando las piezas de este rompecabezas, rompesilencios y rompesueños que es el enigma. El enigma se resuelve y se vuelve a plantear con cada noche, cada letra, cada sueño, cada intento, cada pregunta y cada respuesta.
El enigma es.
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