marzo 27, 2012

Un recuerdo

Era como esas tardes bajo tu parra de aquella fresca época, que era el tiempo sin prisas y todas las risas trepados a las ramas de un árbol de quinotos inmortal... comiendo los frutos al revés, contra tus quejas, tus protestas, tus retos y tu vista gorda.
Las viejas historias de ratones que roban los huevos del gallinero (decías ratones porque comadreja era una palabra que no entendíamos, o mi hermano no entendía mejor dicho) nos alejaban de los espolones y nosotros queríamos ver al pavo, que tenía nombre de tonto, ese animal...

"A la quinta con botas que hay víboras" mentías abuela mentirosa, a ver las calabazas y los choclos... y a veces sentíamos que nos rozaba algo y salíamos corriendo gritando y vos te rías, abuela valiente. 

Así llegaba el atardecer, luego de días completos felices de visita a tu casa, con los animales y tus corrales, y tus huertas y tu quinta... y a medida que caía el sol te veíamos romper con tus manos galletitas de agua en unas tazas gigantes de té con leche...no tenía sentido decirte que así no nos gustaba... había que tomarse todo y sonreír... abuela.

marzo 26, 2012

Puntos de vista

Sentados frente a una imagen que los incluía, se les pidió que definieran en una sola palabra lo que veían.

"Locura!" dijo uno... "Amor!" dijo el otro, al mismo tiempo...

Esto generó gran sorpresa entre todos los presentes... nadie pensó que ambos fueran a ver lo mismo...

marzo 23, 2012

Sueños hechos con música

En estos sueños que vivimos, a veces despiertos, siempre estuvo presente la música con nosotros, eso que fue definido como un puente entre ambos, eso que nos une y que nos tiene en contacto y nos acerca, aunque muchas veces parezcan los únicos que se pueden mencionar.
Y así como la música tiene partes que la forman también existen esas partes en los sueños (los sueños despiertos, claro está) y se llaman diferente.

Una fusa puede ser un abrazo, una corchea un beso, una blanca la caricia y una negra el suspiro después. Una redonda que es la más extensa puede ser la sonrisa que nos queda---

Pero, ¿qué es la música sino el cúmulo de los estados de ánimo?. En la música nos conocimos y en el intercambio nos enteramos que había mucho que compartíamos y mucho por conocer. Por aprender. Yo descubrí algunas canciones que no sabía que existían y nunca más dejé de escucharlas. Te hice escuchar canciones que tal vez olvidaste quién te las mostró, o que nunca terminaste de escuchar. Y otras que habrán quedado guardadas y que tal vez cada tanto te recuerden a mi. Hice mi propia colección de canciones en mi memoria para no olvidarte nunca (como si existiera la posibilidad de siquiera intentarlo), hice mis propias canciones cuando ya no encontré canciones que hablaran de vos, y cada día las escuché, cada día las volví a escuchar para darme cuenta que eso que estaba en la música eras vos, y era yo.
A veces me fastidio porque descubro que alguien puede decir mejor que yo las cosas en sus canciones, a veces me doy cuenta que nunca nadie superará esa canción...
Eso es la música, todas la imágenes que se proyectan en el sonido y en las palabras... son esos sonidos y palabras que nos traen a alguien, que está presente como una canción, como una canción que no se termina en el acorde ni cuando apretas stop...


En todos los sueños hay música, si no lo hubiera yo nunca habría soñado que cantabas, que escuchabas y que había música en vos... 
En todas las mañanas al despertar cantaba una canción llena de burbujas   y en la incertidumbre tarareaba una canción de soledad  y en ese desierto te invitaba a caminar, juntos y abrazados o de la mano, para recordar que la música es soñar y es vivir, felicidad.
Y la música se parece a la vida, a los sueños, porque una fusa puede ser un abrazo, una corchea un beso, una blanca la caricia y una negra el suspiro después. Una redonda puede ser la sonrisa... y un silencio... un silencio es siempre un silencio, pero así como en la música puede ser un lapso entre canción y canción o el momento final... de la música, nunca de los sueños.

marzo 19, 2012

Sueños que no cambian

Luego de despertar asfixiado, asfixiante, me quedé un rato quieto mirando el techo como aquella primera vez, quieto buscando no romper nada con mis codos, sin querer. Fue en ese momento que recibí ese golpe, colisión inesperada y me quejé pero además abrí los ojos del todo y dejé de escuchar las voces que no se callarían por horas. 
El sol que entraba por las hendijas cocinaba mis ideas, esas ideas que nacen crudas, viven crudas y a veces se incendian de golpe. Repasando las hojas y las horas, redescubrí qué era lo que de los sueños alimenta nuestro espíritu, y confirmé que es esa respiración, mi mano en tu espalda (si es que esa es tu espalda), o tu pecho o tu cabeza y tus cabellos, su perfume. 

Y que cuando en mi pecho hay una piedra de fuego por corazón, tu cuerpo fresco se acomoda entre mis brazos y se queda ahí, quieto, sereno, resignado (o no), latiendo y de nuevo respirando, cómodos, en silencio o con mis frases susurradas como una canción de cuna... en tus oídos, a tus oídos en línea directa con algo que sentís y no pensás... en el medio de todos los cambios, de todos los años y toda la vida... estos sueños que no cambian...

marzo 16, 2012

Animé

Seis años después de aquella vez, seguís mirando al suelo cuando me siento al lado tuyo al verte sola apartada de los demás. Me respondés con una casi imperceptible vocecita que no quiere ser escuchada y contesta un poco por obligación, un poco por cariño. Toda tu tímidez te envuelve y yo que te quiero y te veo muy de vez en cuando busco y rebusco la frase que te saque de ese estado de apocamiento, de vergüenza.

Te pregunto las mismas cosas siempre y siempre me respondes con frases finitas, incontinuables, pequeñas... y me acuerdo de aquella vez, hace 6 años cuando me mirabas desde la otra punta de la mesa y no respondías a ninguno de mis llamados, y evitabas mi mirada y fingías no darte cuenta que intentaba llamar tu atención.

Aquella vez, decidí no esperarte más y te fui a buscar yo. Llegué hasta tu lado y mirabas el suelo. Y fue entonces cuando te dije "¿Querés tomar un helado conmigo?.

Tenías dos años y levantaste la mirada y me miraste con tus ojitos de animé... sonreíste y me dijiste "si". Yo ya sabía que te iba a querer por siempre, vos me diste la mano por primera vez, primita preciosa.

marzo 13, 2012

Sueños sin aire

Me fui a dormir un sueño de varias noches y por eso mismo apagué el despertador, dejé varias botellas de agua a mano y elegí mi mejor pijama, o sea ninguno. Cerré las cortinas para que ni el sol ni ninguna otra clase de intruso interrumpiera. Dejé abierta la ventana para que entrara el aire que se respira en los momentos que hay que respirar, sin falta.

No me tapé más que con una sábana porque se que así se hace (juntos). Luego, seguramente, me tape y destape sin cesar...

Súbitamente me desperté al no poder respirar. Un nudo en la garganta, un nudo de las sábanas, me había enroscado entre sueños, y girando sobre mi cuerpo inquieto había enroscado la sábana alrededor de mi cuello, ahorcándome, ahogándome... sin poder respirar.

No fue eso lo que me llamó la atención ni lo que lamenté sino que entre mis manos había una almohada apoyada sobre tu rostro, asfixiándote, ahogándote... no dejando que respires...

marzo 12, 2012

Implosión

En el cúmulo de días de ausencia me llené de palabras que amenazan con hacerme reventar como a un globo que se infla demasiado. Un desorden tremendo de sensaciones, sentimientos, pensamientos y todo lo demás que puede pasar por una mente, por un corazón, por un cuerpo, por un ser de papel, que se rompe, que se quema, que se pierde en el suelo... O también por un ser que se llena de fe y optimismo y que nunca deja de sonreir o hacer sonreir... que raspa las cortezas, las corazas, buscando llegar al fondo de todo, porque en el fondo siempre hay un lugar para soñar.

Accidentalmente me corté un dedo y un borbotón azul salió de mis venas, no era sangre azul, soy un ser ordinario... era tinta, toda la tinta que no puse en el papel... ahora no recuerdo el orden de esas palabras, y no sé como ordenarlas, todas tiradas ahí arriba de mi cama...