diciembre 31, 2014

2014

Todas las fronteras inimaginables se ampliaron en este año extrañamente silencioso. La mente que alguna vez tuvo paz surcó los días y sus semanas y todas sus horas batiendo los más grandes records de horas sin poder dormir y de horas sin poder despertar. Pero además nunca había pasado tantos días lejos de este lugar, de bulevares, sí, de río cerca, si... y de muchas otras cosas...

Los miedos que nunca habían aparecido hasta ahora estuvieron presentes como nunca y, tal vez, se quedarán. Las mayores desilusiones en los momentos menos esperados. Algunas revelaciones y el camino hacia la felicidad directo en  frente a los ojos.

Aquellos quienes recordamos absolutamente todo: los números, las palabras, los olores y la música, dificilmente podamos vivir sin expresarlo, sin contarlo, sin cantarlo... salvo que los días se nos pasen volando, agotadores, y planeemos dejarlo para más después.

Un año de muchas ausencias, la propia también, de muchas nuevas presencias... un año lleno de sucesos, revelaciones, desilusiones, oportunidades, nuevas perspectivas, consolidando lo que sentimos, extrañando lo que extrañamos, soñando lo que el inconsciente permite recordar, sorprendiéndonos con lo que aún alimenta nuestra capacidad de sorprendernos y sonreír...
Un año de una ausencia total, por primera vez y no por última, y todo el recuerdo y la nostalgia que  dejarás en mi... y alguien que nunca te conoció que deberías haber conocido y que cambia el rumbo de los días, llenando los días de sonrisas, incluso los más tristes.

Pienso que el año que viene podrá llenarse de muchas cosas que maduraran, de aquellas que sembramos, una vez, todos los días y muchas veces más, con los que queremos y están con nosotros (y en nosotros). Que, entonces, nos reencontraremos para mirarnos nuevamente a los ojos y a decirnos que nos veremos más seguido, siempre, porque sí, y nos querremos.

Un año casi sin peras al olmo... Y este año también se va... sin escribir, pero siempre leyendo... siempre leyendo... esperando el momento en que se ilumine la llama que hace que maduren las peras. Las peras al Olmo.