Un diferente lunes a todos los que hubo, en un lugar que frecuento pero al que nunca voy del todo, con el sol en mi cara abrigando y el viento en el cuerpo abrazando, sentado en un banco que nunca ocupé antes. Mirando hacia el norte, sosteniendo el sur entre mis brazos en donde cabe perfecto, como siempre lo hizo, aun en la ausencia.
Formas de humo en el frente tranquilo, niños jugando (uno más pequeño que el otro y las dos niñas)
Un leve movimiento de cabeza es otra vez, en estos días y en aquellos y en aquellos otros remotos, una caricia oportuna que me invita y que ameniza mi tranquilidad, que es mi debilidad, que es un precipicio.
Algo nos une en el verde y el misterio, algo nos recuerda en el son, algo se descifra en el silencio, algo se diluye en las miradas... toda esa quietud se rompe con un beso, o una risa, o un adiós... y el Sur que existe en todas las palabras.
Nacido mientras escuchaba esta cancion
No hay comentarios:
Publicar un comentario
no le pidas peras al olmo no le pidas peras al olmo