abril 05, 2012

Fugaces sueños pasados por agua

Nunca antes había recorrido tan rápido esa distancia que nos separa y nunca me había llevado tanto tiempo estar cerca tuyo, una vez salvada esa distancia. El cielo, furioso, hizo realidad sus amenazas azotando nuestro sueño de esa noche con una tormenta repleta de agua y vientos y rayos y viento y truenos y vientos y todo eso que ya sabés porque estabas ahí. Mientras esperábamos juntos, pero no uno al lado del otro, a que todo empezara a terminarse yo tirité con todo mi cuerpo, los huesos calados. No recuerdo haber tenido tanto frío ni tanto miedo en tener tanto frío, ni siquiera en sueños.
En una especie de trinomio milagroso, la música se juntó con la luz y la tormenta dejó de ser importante o estar presente... y todo siguió como debía seguir, inclusive el final que fue el principio de cruzarnos en una calle que yo no conocía y que ninguno de los dos sabía adonde terminaba ni adonde estaba el otro, y fue ese instante de verte verme con tus ojos que son los de siempre, por algún motivo fantástico y por algún otro cruel, tan cruel... descubrir que éramos lo mismo, como tantas veces soñé.
Con la forma de dos gotas de agua que cubrían a dos personas... nos saludamos como yo nunca quiero, caminamos como muchas veces y más que nunca, esperamos como ya esperamos una vez y entonces tu cuerpo que empieza, para nunca parar, a tiritar.
Yo sé todo: sé que tenés frío, sé que odias el frío y al verte así, a mi el frío se me va y desde lo más profundo de mí llega una inmortal necesidad de quererte, de cuidarte, de salvarte, de protegerte... una necesidad que es mía desde siempre y que vos, orgullosamente, no necesitas necesitar. Todo esto hace que me empiece a raspar la piel con las uñas, intentando lograr una piel que te proteja, que te abrigue, que te cuide, que te de serenidad, que te relaje, que te haga recostar tu cabeza en mi pecho, que haga que te abrace, que te dejes abrazar y que ese frío pasado por agua sea fugaz, pero que el sueño sea eterno, que no terminen nunca estas pocas horas, que no terminen... es lo único que pido a cambio de este frío...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

no le pidas peras al olmo no le pidas peras al olmo