Dos sombras vagan en el
patio trasero de la casona que duerme. Nadie se da cuenta, y en el silencio de
la noche estrellada, el enigma de dos cuerpos que se observan sin buscarse.
Dos
pares de ojos amarillos se estudian con cautela. Permanecen las criaturas
inmóviles, agazapadas, y esperando el movimiento del otro. El silencio es
sepulcral. Nadie lo nota. Dos gatos se observan en la noche y nadie es testigo
de este fantástico encuentro.
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