julio 03, 2013

Dos sueños

Tantos días después de aquel día en el que la incertidumbre se apoderó de las ideas, mi cuerpo cruzó esa puerta hacia la muchedumbre, el sin número de gente que está ahí y no se sabe protagonista de una tarde que no será una más y en la que mi rostro inquieto se encontrará con tu rostro en espera de mi arribo -como siempre yo llego después - . En ese momento irrepetible pero familiar nuestros rostros cambiarán su expresión habitual en sonrisas, comisuras que se imitan como si se miraran en un espejo.

No podría explicar que es lo que sucede en mi cabeza y en mi corazón, o tal vez si podría pero no importa porque ya lo sabemos. Algo diferente en vos y algo eterno en mi hace que las diferencias no sean importantes ni ahora ni en toda la eternidad que queda por delante.

Pronto nos daremos cuenta que los pies tienen memoria y conocen el camino por lo que podemos hablar sin parar ni mirar hacia donde vamos. Y tan natural es el recorrido que cuando nos queremos dar cuenta estamos sumergidos en un mar de palabras y llenos de coincidencias que impiden distinguir si esto está pasando hoy, si pasó hace un año o si realmente pasará en unos años más.

Todos esos testigos que nunca tuvimos y que tal vez no comprendan si esto está pasando ahora, hace un año o si nunca dejó de pasar entenderán que lo que es siempre será.

Siempre el primer día será el que tenga todas las horas, porque después los que sigan transcurrirán como minutos que duran menos que sesenta segundos, todo el tiempo se va. Pero antes que eso suceda otra vez estamos riéndonos en un lugar lleno de música, lleno de noche, lleno de nosotros, ausente de todo el vacío… el  vacío que es pensar y no sentir, todo estos sueños sin saber que…

… menos de una semana después, los lugares se invierten y yo tomo el camino que vos siempre tomas y yo no conozco, pero la que espera de vuelta sos vos, porque yo siempre demoro. Intento un intento pequeño y poco efectivo de cambiar la espera y el sueño de este sábado por una sonrisa de las que vengo a buscar. Pero de nuevo es uno de esos chistes, yo creo que ya lo adivinaste. Pocos minutos después estamos en un lugar donde somos cómplices, donde nos parecemos, donde se empieza a tejer esta visita incomparable.


Algo que nunca había pasado hasta hoy está sucediendo cada minuto en este lugar que yo no pisaba hacia tanto y que sabés que solo existe si estas vos para esperar, para guiar, para reír, para soñar, para dormir, para mirarme con esos ojos inigualables, que no cambiaría por nada y que iluminan todos estos sueños, llenos de amor, de donde nunca me quiero ir y a los que siempre estoy volviendo, de alguna manera.

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