Cuando todas las palabras ocupan todo el espacio aprisionando todos tus sentidos entre las cuatro paredes de mi boca la prisión, ésta densidad inmensa en toda la imnensidad, se confunde con una sensación de falta de aire que no es en un claustro pero si en un temor.
Recuerdo ese naufragio peor que todos lo vasos de agua en los que me he ahogado y tu mano sosteniéndome a flote y yo sobreviviendo a todo gracias a todas las palabras que llegaron a mi espacio surgiendo de las cuatro paredes de tu boca generando una inmensidad que se siente como una sensación que todo el aire finalmente llega a los pulmones de un naufrago que ha sobrevivido a lo peor.
Cuando quiero devolverte todo eso, intento que sonrías, te pido que sonrías aunque enfrente tuyo veas una pared negra. Porque si rasgás un poco con tus uñas tal vez aparezca un espejo donde estás sonriendo, o frente tuyo aparezca mi cara, sonriéndote como siempre, como siempre que te ve.
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no le pidas peras al olmo no le pidas peras al olmo