La indiferencia es un poco culpa de los dos
ese instante iluminado nos dejó al descubierto
que hemos perdido tiempo a manos del desconcierto
y eso es un poco culpa de los dos
En la ribera de tus ojos ya no existe embarcadero
y así no puedo acercarme a tu corazón
quise nadar contracorriente, siempre tuve la ilusión
de cruzar el río y que me des tu protección
La indiferencia ya no es culpa de los dos
es un destino inevitable en nuestra vida
no hubo nunca embarcadero al corazón
no hubo ni siquiera un solo salvavidas...
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no le pidas peras al olmo no le pidas peras al olmo