Cuando las horas decantan en la inquieta oscuridad de la calle, en mi balcón las luces siguen altas. La versión despierta de mi mente intenta descifrar la estratagema perfectible del abecedario.
Encadenando vocales y consonantes, rearmando las piezas de este rompecabezas, rompesilencios y rompesueños que es el enigma. El enigma se resuelve y se vuelve a plantear con cada noche, cada letra, cada sueño, cada intento, cada pregunta y cada respuesta.
El enigma es.
julio 31, 2011
julio 30, 2011
julio 23, 2011
Calle nuestra
Una extraña cascada nos recibió
juntando sus manos y mi sin razón
la calle era nuestra y no amaneció
hasta que su sueño se hizo silencio
y me abrazó.
El eco era en la habitación
espejo de palabras de más allá
el aire sereno en su respiración
refresco preciso a mi inspiración
tranquilidad.
Las nubes previstas no fueron más
que nubes sin agua y sin maldad
la calle fue nuestra pero amaneció
con mis ojos abiertos en silencio
y con su respiración.
juntando sus manos y mi sin razón
la calle era nuestra y no amaneció
hasta que su sueño se hizo silencio
y me abrazó.
El eco era en la habitación
espejo de palabras de más allá
el aire sereno en su respiración
refresco preciso a mi inspiración
tranquilidad.
Las nubes previstas no fueron más
que nubes sin agua y sin maldad
la calle fue nuestra pero amaneció
con mis ojos abiertos en silencio
y con su respiración.
julio 15, 2011
Trilogía de los sueños
Los pies caminaban el mismo rectángulo que la vez anterior, en un mes anterior pero en la misma semana, casualmente siempre. Lo que permanecía intacto era idéntico, digo la sonrisa y la maravillosa inmensidad de su pequeñez.
Desapareció el cansancio por siempre, por esos días que fueron cortos y volaron fugaces, volátiles, ansiosos por no irse. La ciudad que se había apagado volvió a encenderse, dejándonos a solas con un montón de gente. Algo nos conectó -alucino para mis adentros, ingenuo-.
En todas esas pocas horas de felicidad pero todas las horas que existieron al final, medí su cuerpo en mis brazos y siempre su mirada cambió el rumbo del reloj. En la insomne quietud de la noche (amanecer) sentí su voz en mis oídos, su cuello en mi nariz, su pelo en mi boca y su respiración, y
su risa cuando duerme y cuando no. Vi sus manos, que recordé iguales de profundas y de blancas.
Su sonrisa parecía decirme que me quede cerca, por las dudas, que me quede ahí y yo no di por cierto el amanecer, no quería despertar.
El tiempo no pasó en su rostro pero hizo un remolino en mí, en el techo dibujé estrellas infinitas
mientras contaba las horas por pasar. Ella dormía, yo no dejaba de soñar.
Yo confesé querer quedarme un día más y ella dijo que lo hiciera. No quise arruinarlo, y me fui, feliz, por fin. Como siempre, pensando en que pronto volveré. Como en los dos sueños anteriores.
Debo haber yo mismo sonreído enormemente porque ella también lo hizo congelando el Universo y dando el premio más grande a mi corazón que late diferente, feliz. Aposté a la sorpresa como a veces y, aunque no siempre pasa, creo que aposté bien.
Desapareció el cansancio por siempre, por esos días que fueron cortos y volaron fugaces, volátiles, ansiosos por no irse. La ciudad que se había apagado volvió a encenderse, dejándonos a solas con un montón de gente. Algo nos conectó -alucino para mis adentros, ingenuo-.
En todas esas pocas horas de felicidad pero todas las horas que existieron al final, medí su cuerpo en mis brazos y siempre su mirada cambió el rumbo del reloj. En la insomne quietud de la noche (amanecer) sentí su voz en mis oídos, su cuello en mi nariz, su pelo en mi boca y su respiración, y
su risa cuando duerme y cuando no. Vi sus manos, que recordé iguales de profundas y de blancas.
Su sonrisa parecía decirme que me quede cerca, por las dudas, que me quede ahí y yo no di por cierto el amanecer, no quería despertar.
El tiempo no pasó en su rostro pero hizo un remolino en mí, en el techo dibujé estrellas infinitas
mientras contaba las horas por pasar. Ella dormía, yo no dejaba de soñar.
Yo confesé querer quedarme un día más y ella dijo que lo hiciera. No quise arruinarlo, y me fui, feliz, por fin. Como siempre, pensando en que pronto volveré. Como en los dos sueños anteriores.
julio 05, 2011
El Nudo
Estaba repitiendo una fórmula en mis dedos intentando traerte cerca o llevarme lejos, lo que fuera más fácil. Tenía la no certeza del mundo, el molino de viento de mi vida, sin embargo todo seguía ahí. Todo vos, todo yo.
Sentía cada vez que lo intentaba un nudo en el estómago que ahogaba mis palabras, las de la boca y seguía intentando con mis manos.
Bastó una sonrisa de tu boca y de tus ojos, para que el nudo se desatara y como un regalo surgió de mi voz una canción.
Sentía cada vez que lo intentaba un nudo en el estómago que ahogaba mis palabras, las de la boca y seguía intentando con mis manos.
Bastó una sonrisa de tu boca y de tus ojos, para que el nudo se desatara y como un regalo surgió de mi voz una canción.
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