noviembre 25, 2011

El escritor

Su sueño es ser escritor, o parecerlo. En realidad no es "su sueño", pero sabe que lo hace bien y que despierta el interés de sus lectores. Y condicionado por los lectores queda atrapado en la intención de alimentar a las pupilas y estimular a las mentes, lo que se moviliza lo nutre, pero lo que escribe no lo libera. Siguiendo una ley que adoptó como cierta en sus momentos de mayor delgadez espiritual, más prolífico y verborrágico se sabe y es tan exitoso como infeliz. Esa relación indirecta entre la persona que sufre pero cautiva. Tras su seudónimo se esconde una persona que atrae, desde su anonimato: atrapante y breve, esas eran las palabras. Son las palabras.

Es él mismo su lector preferido, encuentra en las palabras las imágenes de todo lo que ha querido describir (escribir) y se sonríe. Y todo se traduce en motivación, porque siempre hay una mejor manera de decir las cosas, aunque sea lo mismo... nuevamente.

No está tan mal estar triste o no poder dormir, nada mal para un escritor.

1 comentario:

  1. Se lo pido prestado. Me sentí un poquito... cómo se dice? Ah, sí: proyectado por sus palabras

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no le pidas peras al olmo no le pidas peras al olmo