Y hoy el día está calmo porque anoche una tormenta imaginaria se llevó las tinieblas, arena en el río, playa que quedó atrás en el calendario.
Está tornandose gris el cielo que ayer todas las luces brindó y las estrellas mostró. La brisa abrazó el horizonte, las luces del puente lejano titilaron y esa canción, que es canción siempre que suena, sonó.
Todos esos pares de ojos brillaron, las sonrisas estaban y nunca pero nunca llovió.
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