abril 02, 2013

El espectador


Podría observarte toda la vida. Hagas lo que haga querré verte. Estar ahí. Porque en mis ojos está mi poder. Creo en todo lo que veo. Si te veo reír serás feliz, y yo también. Si te veo llorar serás triste, y yo también. Si te veo morir, moriré también,  con vos.
Me preocupa no ver todo lo que miro. Perderme detalles y perderme la realidad. Que me hayas mostrado algo que miré y no vi. No poder recordarlo. No recordar todo lo que vi con vos. Todo lo que vi de vos. Y, tal vez, todo lo que querés que vea. Son cosas que suceden indefectiblemente. Eso lo sé. Y no tener la solución a ello o no poder conocer la forma de evitarlo es mi mayor preocupación. La única, quizás.
Y mi miedo más grande es que haya cosas que no quieras que vea. Cosas que no quieras mostrarme. Cosas que me quieras ocultar.
Mi función es observar. Todo lo que le ocultes a mis ojos me mata un poco. Nunca cierres los ojos. Ni los míos ni los tuyos. Debo ser siempre el espectador.

1 comentario:

no le pidas peras al olmo no le pidas peras al olmo