junio 30, 2012

A solas con el silencio y el frío

Hoy la calle tenía algo encantador pese a la garúa y a la humedad... algo en las calles que se parecía al silencio encapsulando al sonido de la música en mis oídos. Las manos en los bolsillos, la bufanda y la campera abierta, cruzar las calles despacio, sin apuro... ver la ciudad que no duerme y que pronto además despertará...
Luego de una hora de caminar, son las dos y media de la mañana y estoy sentado frente al río, desde donde veo el islote vecino. Descubro que estoy absolutamente solo en este instante, en este lugar, cierro los ojos y respiro el césped, y escucho el viento que hace que mi nariz se ponga fría... sonrío un poquito, estoy feliz, disfrutando este momento, a solas conmigo mismo... a solas con el silencio y el frío.

junio 26, 2012

Tren

Marchita luz
una flor de pétalos distintos
un triste sur, huellas
rastros de olvido

Gris vagón
tren de un sueño intacto
más te sigo
tren estás más lejano.

No somos tan extraños
tu prisa me hace daño
ven, detente en mi
tren, detente para mi.

Un jardín, césped
que se vuelve a carmín
descienden
nubes de Julio y es Noviembre.

Expreso tres
vías y un camino ingrato
más despido tren
más se acerca tu retrato.

Oh, somos tan mundanos
tu sueño me hace humano
¿ves que eres igual a mi?
¿ves que me reflejo en ti?



junio 24, 2012

Alquimia de las sombras

Una silueta
familiar en las sombras,
un silencio diferente, infinito.
La presencia evidente
en incógnita apariencia.
Un intento alquimista de fundir
las sombras y siluetas en materia
se convierte en una frase estéril
que queda grabada en una memoria,
y en un olvido...

junio 16, 2012

Laura Andrea

Desperté. Dejé por un segundo los pies. Abrí los brazos. Imaginé que eran alas, y batí. Batí muy fuerte e intenté volar. Quise llegar hasta tu nube, o a tu estrella. No estoy muy segura. No sé que preferiría. No sé adonde hubieras elegido estar ahora.

Siento que hay muchas preguntas que no te hice. Es este vacío. Créeme. Te juro que nunca imaginé que te ibas a ir. Al menos nunca pensé que tan rápido, así de golpe. Y todas esas preguntas que nunca te hice, ¿A quien se las hago?. Temo hacerlas. Es que todos buscan tener respuestas, y yo no las necesito de ellos. Nunca me hiciste tanta falta.

Existen vacíos que no se pueden llenar. Uno no se da cuenta hasta que lo ve, hasta que siente y se da cuenta que hay cosas que son irreemplazables. Imprescindibles.

Y no me doy cuenta que estoy siendo injusta. Pretendo encontrar en alguien todo aquello que me falta de vos. Amor. Protección. Un poco de magia. Sonrisas. Incondicionalidad.

Necesito decirle a alguien “te amo”, pero en realidad necesito que lo escuches vos. Quizás tengo la sensación, la sensación de no habértelo dicho lo suficiente, de no saber que lo sabías. Ojalá sepas que te amo, que te necesito, que te quiero encontrar y saber cómo estás. Pero no puedo volar más allá.

Si pudiera volver el tiempo atrás te dedicaría todo el tiempo. El tiempo que, tal vez, no te dediqué. Y acá todos te estamos esperando a cenar. No hemos cambiado nada. Sé que puede sonar estúpido, pero tal vez lo necesites.

Pienso en vos. Te juro que pienso en vos todo lo que puedo. Y te pido perdón si a veces me distraigo.

A veces cuando hablo espero que me escuches. Cuando río, espero que rías conmigo. Y ojalá no me veas llorar.

De a ratos me siento tan egoísta. Pienso en mi. Sigo pensando en mi, pero siempre a través de vos. Voy a hacer lo que sea para que te sientas orgulloso de mi.

Sos la persona más bella que conocí. La más bella y entrañable. Quisiera sentir que me acompañas, verte sonreír o que me retes. Que me llames. Darte el último beso por la noche y el primero por la mañana. Escucharte llamarme hija. Saber que mi mundo es lo que era. Y el tuyo también.

No sé dónde, ni sé cómo pero espero que puedas saber todo esto. Saber que más que nunca estás dentro mío, que siempre lo estuviste y siempre lo vas a estar. Que te amo, que te extraño, que te espero. Que te necesito. Ahora como siempre.

Melancolía

No hay nada de malo en la melancolía, es la memoria de lo que sentimos alguna vez, hoy y, tal vez, por siempre...

junio 15, 2012

Ingrato

Podría haber usado alguno de mis dedos para detener la lágrima que se deslizaba por tu cara, pero no, no soy así. Me quedo de brazos cruzados, te miro fijo con mis ojos rojos o enrojecidos, no sé, estimo, siento el ardor. Apuro un sorbo de vino, me gusta tener las manos ocupadas pero no quiero fumar, no de nuevo.
Tu cara tiene el color sanguíneo del calor y del dolor, las palabras salen a borbotones de tu boca y yo sigo no queriendo hablar, me conocés callado, me reclamás lo opuesto. No sé ser bueno, todos lo saben, no es mi estilo... tampoco ser cariñoso, me gusta estar solo o a solas. No esperás que vaya a vos, yo nunca voy a ningún lado, pero siempre estoy mirando, siempre estoy atento. Creo.
Otra lágrima cae y el cenicero está atiborrado de evidencias que hubo humo. Yo no fumé ni uno, repito. Se terminó el vino, me levanto y parece que me acerco para abrazarte, pero no... yo no soy de esos, me levanto a buscar mi campera, hace frío y tengo sueño... pero tenés razón, siempre, siempre está la familia, eso nunca va a faltar.

junio 11, 2012

Alpa

Sentado al borde de la nada misma que es el abismo de las piedras que configuran esta levedad, fresca levedad de mangas largas. El arrullo del arroyo, las cenizas que caen de mi mano izquierda vuelan hasta el lugar más bajo, miro abajo y me tiro de espaldas hacia atrás. El vértigo sigue ahí, junto con las ganas de volar.
Asoma un tibio sol, tímido, temporal y una nube lo vuelve a ocultar, maldita. La espalda toma la forma de la piedra, y con ella la paz la forma de la conciencia, o viceversa. Y viceversa...

El descenso es tan tranquilo como el ascenso pero con más cuidado y menos expectativa... mientras desandamos los kilómetros de paisaje nuevo de anteayer, la gente mira nuestro paso y yo no miro a la gente. Miro las aves que migran y me siento en parte como ellas... que no duermen cuando viajan... y me pregunto si viajarán cuando duermen... como yo, en los sueños.

junio 06, 2012

Sueños invernales con café con leche y tostadas

"Estoy esperando a alguien, gracias". En el Bar El Cairo, son las 6 de la tarde y recién llego de la calle, dejo el saco en la silla y me saco los guantes y la bufanda, hoy no me puse el gorro, no te lo puedo prestar tampoco. Miro por la ventana a la gente caminar rápido, echando humo por la boca y con el rostro cubierto por las bufandas y las solapas de los abrigos. Pienso en Europa, el frío me hace feliz.
Juego con un sobrecito de azúcar, mientras el olor a café me recuerda que tengo hambre y te espero, como esperaba este momento desde el comienzo de la mañana cuando me fui y dije "hasta luego". La gente alrededor charla, discute, se ríe o está sola y lee el diario o un libro o mira la televisión que está sin sonido, en el noticiero. Otra mira por la ventana, algunos escriben. Yo juego con el sobrecito de azúcar y huelo café y pienso en tostadas y manteca.

El mozo vuelve a pasar, sigo esperando, saco mi cuaderno, tomos unos apuntes, estas ideas se van luego y no vuelven, hasta aparecer en algún momento muy ocupado...
En la recta final de este Otoño, luego de haber crujido todas las hojas de los árboles en el suelo, los días se hacen cortos (preludio del Invierno), este frío, este viento helado, esta merienda de tarde a oscuras, como la primer noche del día.

Se abre la puerta y entrás con tu rostro blanco, pálido, mortecino... tus labios azules, tus dientes rechinando, tus ojos mostrando debilidad, te sentás y nunca te sacás el abrigo, entonces yo estiro mis manos y agarro las tuyas y un escalofrío me corre por el cuerpo, sos el invierno... llamo al mozo, pedimos café con leche y tostadas, nos miramos un rato largo sin decir nada. Prendo un cigarrillo y te ofrezco uno.

Sí, en este sueño invernal en el que te espero en un bar al reparo del frío, yo fumo y se puede fumar. Es un sueño con café con leche y tostadas y mucho frío... del otro lado de la ventana...

junio 04, 2012

Retornar

Sombras en tus ojos verdes

haces fuego

y ya no hay luces por encender.

Sueños en tus manos tristes

tiemblas, lloras

y ya no hay dudas por despejar.

Sangre en tus labios rojos

sangras, muerdes

y ya no hay razón para callar.

Y olvidarte, ya no es un arte

porque estás acá... y no sé despertar.