Podrías cansarte de pensar.
Podrías cansarte de esperar.
Podrías cansarte de soñar.
Podrías cansarte de intentar.
Podrías cansarte de creer.
Podrías cansarte de imaginar.
Podrías cansarte de apostar.
Podrías cansarte de sonreír.
Podrías cansarte de llorar.
Podrías cansarte de recordar.
Podrías cansarte de entender.
Podrías cansarte de no entender.
Podrías cansarte de renovar la esperanza.
Podrías cansarte de explicar cien veces lo mismo, podrías cansarte de arrepentirte de haberlo dicho noventa y nueve veces antes. Podrías estar cansado de generar tanto cansancio.
Uno podría cansarse hasta el punto de bajar los brazos, correr la mirada, tragar saliva y de muchas otras cosas más, pero el que no se cansa es el corazón. Porque cuando el corazón se cansa, todo muere.
febrero 15, 2013
febrero 14, 2013
Un sueño postergado
Cuando la interminable noche se convirtió en la inevitable mañana mis ojos soportaban con esfuerzo los rayos de luz y mis pies pedían permiso, descalzos, sobre el parqué. La ventana es lo suficientemente grande para que todo entre por ella pero las paredes enfrente y el límite de lo que mis ojos pueden ver me impedían e impidieron siempre, ver lo que podría llegar a pasar. El ansia por prever estúpidamente.
Junté todas las fuerzas y apuré ese vaso de leche matinal, veraniego y mientras cargaba todas mis cosas (las que poseo y las que llevo adentro, también) hice un pacto con los días por venir... un pacto que estaba dispuesto a romper en cualquier momento.
Lo que nos une ésta vez no estaba surtiendo efecto y en vez de coincidir nos estábamos corriendo un poco, sin sabernos del todo, algo distinto.
Los rayos del sol curtían la piel enrojeciendo la mía en un punto que conozco en la tuya. Mi mirada en el horizonte y mis latidos en el punto de partida. Nada de todo esto podía salir de mi boca, el pacto estaba vigente y la serenidad de los demás comenzó a tomarme de la mano y a invitarme a despojarme. Cuando el camino es sereno las ideas se van cayendo por las ventanas y las vi en mi espejo retrovisor.
El lugar donde soñaría estos días mantenía su encanto. Todo lo que tenía que estar ahí estaba y lo que no , perfectamente. Una vez en el medio de la nada, la nada también fue el objetivo, la nada misma. Nada que pensar, nada en que ocupar la mente, la nada convirtiéndose en todo lo que había ido a buscar.
En contacto con todos los sentidos infinitas fueron las estrellas, fugaces o no. El silencio de la noche, el silencio que viene con un sonido diferente. El eco de los gritos y la brisa ínfima.
Entretanto la lluvia se preparaba. Al otro día no cabía duda de tu presencia, la lluvia estaba ahí y venía para acá. Solo unas pocas horas y desde la puerta en una silla vi todas las gotas del cielo convertirse en todo el barro del suelo... y un aroma especial llegó de golpe. Uno que ya conocía. Uno que encontré también cuando llegué de vuelta.
Al terminar este descanso y sin perder de vista los sueños que estaban sucediéndose en simultáneo, junte nuevamente todas mis cosas las que todavía poseía y las que no había dejado en este lugar. Y mientras volvía, a tiempo para encontrarme con el desencuentro para resolverlo, para vencerlo, para convertirlo en un sueño... una piedra en el camino me dejó fuera de carrera, esperando que el tiempo no corriera, que el sol no me derritiera y no volver a perderme un sueño.
Junté todas las fuerzas y apuré ese vaso de leche matinal, veraniego y mientras cargaba todas mis cosas (las que poseo y las que llevo adentro, también) hice un pacto con los días por venir... un pacto que estaba dispuesto a romper en cualquier momento.
Lo que nos une ésta vez no estaba surtiendo efecto y en vez de coincidir nos estábamos corriendo un poco, sin sabernos del todo, algo distinto.
Los rayos del sol curtían la piel enrojeciendo la mía en un punto que conozco en la tuya. Mi mirada en el horizonte y mis latidos en el punto de partida. Nada de todo esto podía salir de mi boca, el pacto estaba vigente y la serenidad de los demás comenzó a tomarme de la mano y a invitarme a despojarme. Cuando el camino es sereno las ideas se van cayendo por las ventanas y las vi en mi espejo retrovisor.
El lugar donde soñaría estos días mantenía su encanto. Todo lo que tenía que estar ahí estaba y lo que no , perfectamente. Una vez en el medio de la nada, la nada también fue el objetivo, la nada misma. Nada que pensar, nada en que ocupar la mente, la nada convirtiéndose en todo lo que había ido a buscar.
En contacto con todos los sentidos infinitas fueron las estrellas, fugaces o no. El silencio de la noche, el silencio que viene con un sonido diferente. El eco de los gritos y la brisa ínfima.
Entretanto la lluvia se preparaba. Al otro día no cabía duda de tu presencia, la lluvia estaba ahí y venía para acá. Solo unas pocas horas y desde la puerta en una silla vi todas las gotas del cielo convertirse en todo el barro del suelo... y un aroma especial llegó de golpe. Uno que ya conocía. Uno que encontré también cuando llegué de vuelta.
Al terminar este descanso y sin perder de vista los sueños que estaban sucediéndose en simultáneo, junte nuevamente todas mis cosas las que todavía poseía y las que no había dejado en este lugar. Y mientras volvía, a tiempo para encontrarme con el desencuentro para resolverlo, para vencerlo, para convertirlo en un sueño... una piedra en el camino me dejó fuera de carrera, esperando que el tiempo no corriera, que el sol no me derritiera y no volver a perderme un sueño.
febrero 08, 2013
Inexplicable
Incluso cuando toda la buena voluntad pudiera ponerse sobre la mesa, dibujando una sonrisa en tu rostro lleno de muecas extrañas, para poder contagiar en ese rostro opuesto pero que no está en el espejo y al que extrañás que exista y que sonría, que te mire y que te quiera ver.
En el preciso momento en el que pensás comprender que es mejor así y que es mejor ser paciente, acompañar y querer, contener y querer, apoyar y querer, no cuestionar y dejarlo ser.
Aún en el momento preciso que pensás que todo es la verdad y que el tiempo pone las cosas en su lugar, y que ya dijiste todo lo que tenías que decir, que esperabas una frase colmada de verdad y no una palabra que se borre como en la arena cuando bajan las olas del mar.
Hasta cuando postergás lo que sentís por algo que también sentís y te llena de fe, pensando en que no hay otra mejor decisión...
Después de todo eso, aparece esta noche que se cae a pedazos, en el que te duele el pecho y te tiemblan las manos, en la que pensás que no vas a poder dormir otra vez... en la que no das crédito a lo que traen tus ojos... en la que no entendés por qué... no sabés por qué... tiene que ser así.
febrero 07, 2013
Va a ser
Va a ser, lo presiento
va a ser de noche
en una noche lejos
noche con grillos
una noche con viento
va a ser, presiento.
Presiento
ese sentir anticipado
ese sueño agazapado
va a ser lo sé
cerca de un árbol
lejos de todo.
Va a ser adivino
un juego de miradas
un columpio de cinturas
el devenir del corazón
un silencio eterno
pero un silencio con razón.
Va a ser, confío
de noche, la vida
los sueños, la espera
va a ser, no dudo
una noche nueva
va a ser.
febrero 06, 2013
Laberinto
Un hombre de buenas intenciones pero corto carácter entra a un laberinto (de espejos o arbustos o paredes de galletitas, como ustedes prefieran). El laberinto tiene muchas salidas pero, además, una de ellas es la propia entrada.
Dentro del laberinto hay caminos que lo ponen cabeza abajo, pasillos en los que hace mucho frío o mucho calor y algunos en los que no hay luz.
Cada vez que un pasillo termina hay dos opciones, tomar algunas puertas que lo invita a seguir adelante en el laberinto, sorteando nuevas alternativas o abrir una puertecitaque está en el suelo y que es un tobogán que lo lleva al principio de todo, pero de espaldas. Cuando llega ahí ya se ha olvidado del laberinto y no volverá a ingresar.
El laberinto tiene sólo una salida a la felicidad y todas las otras son desdichas... No sirve la forma de Teseo, no hay una Ariadna en juego, el hombre de buenas intenciones pero corto carácter debe llegar hasta el final por su propia felicidad. Pero en el camino tendrá obstáculos. Obstáculos con nombre y apellido, con ojos y boca, indicándole el camino hacia las otras puertas...
El nunca optará por el tobogán. Tiene buenas intenciones y corto carácter
Dentro del laberinto hay caminos que lo ponen cabeza abajo, pasillos en los que hace mucho frío o mucho calor y algunos en los que no hay luz.
Cada vez que un pasillo termina hay dos opciones, tomar algunas puertas que lo invita a seguir adelante en el laberinto, sorteando nuevas alternativas o abrir una puertecitaque está en el suelo y que es un tobogán que lo lleva al principio de todo, pero de espaldas. Cuando llega ahí ya se ha olvidado del laberinto y no volverá a ingresar.
El laberinto tiene sólo una salida a la felicidad y todas las otras son desdichas... No sirve la forma de Teseo, no hay una Ariadna en juego, el hombre de buenas intenciones pero corto carácter debe llegar hasta el final por su propia felicidad. Pero en el camino tendrá obstáculos. Obstáculos con nombre y apellido, con ojos y boca, indicándole el camino hacia las otras puertas...
El nunca optará por el tobogán. Tiene buenas intenciones y corto carácter
febrero 03, 2013
Lo que me asombra
Lo que me asombra se va
se aleja de mi cuerpo
que se deja asombrar.
Pienso que no hice lo correcto
que no sé mentir
y que todo miente hacia mí.
Oscuro frenesí no me dejes vacío
en un frasco de cristal
sabrás mi timidez
que todo sigue igual
que siempre digo la verdad.
El día que nací entre tus brazos
la sombra me hizo un guiño por detrás
y yo no la ví, me lo perdí.
Sé que algo no hice que debí
que te debo aún,
que esperarás que haga.
Pero mírame luz
soy la hilacha de un despojo
que no se tiene ni un poco de fe
y hay algo en tu espalda
que yo nunca toqué
pero en tus ojos lo encontré.
Lo que me asombra se va
se aleja de mi cuerpo
que se deja asombrar...
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