abril 30, 2011

La bestia

La bestia hedía, razón por la cual pude advertir que estaba cerca. Busqué un hueco en esa caverna donde poder esconderme y pensar. Yo también hedía, apestaba a miedo y sudor, mi respiración agitada y entrecortada debía poder escucharse por ella, cuyos sentidos eran agudos, al menos el oído y el olfato... el odio también era agudo, pero no era un sentido. Al menos no uno de los cinco.

Encontré un lugar donde esconderme e intentar recordar cómo había llegado hasta allí, como me había convertido en presa, su presa. Recordé algo de un mapa y un tesoro al que llamaban la fórmula de la felicidad eterna pero no fue por eso que emprendí el camino, hubo otra motivación y yo no la recordaba. Busqué en mi morral más indicios de lo que vivía. Encontré el mapa que recordaba y una brújula que no funcionaba. Había también un arco y una flecha que yo no sabía utilizar, unas piedras calizas que no decían nada y unas frutas golpeadas que podían ser víveres o algo que me llamó la atención en el camino. Me di cuenta que si tenía que hacer algo tenía que hacerlo rápido porque sentí el hedor llegar más fuerte.

Volví a meter las cosas en el morral. Todas menos la flecha y el arco, en ese orden. Sabía que había solo una salida y la bestia la cuidaba celosamente... atravesé el corredor, arco y flecha en mano, calculando cada paso, haciendo blanco con la mirada puesta en el largo de la punzante punta. Así avancé metro por metro, respirando cada vez más torpemente, sudando y gimiendo, caminé hasta dar con la bestia. Esta al verme pareció temer, su rostro ya no transmitía furia sino que clamaba piedad. Sus ojos temblorosos, enjugados y tibios miraban directo a los míos, enrojecidos, endemoniados y tan agudos como la flecha que tensaba en el arco en mis manos.
La miré una última vez y me decidí a terminar todo de una vez y fue cuando algo dentro mío sintió lástima por ella que dañaba sin entender, sin comprender la magnitud del daño.

Vacilé, saqué la mirada de la flecha, bajé el arco, subí la cabeza, volví a mirar a la bestia...
No tuve tiempo de volver atrás, la bestia ya había sacado afuera sus garras y saltado sobre mi.

Lo último que vi fue mi reflejo en sus ojos rojos...

abril 26, 2011

Pasado

Enfrentado como un espectro al tiempo transcurrido, dejando atrás las pisadas marcadas en la arena. Se confunde los reflejos y el destello de tus ojos con la mortecina luna que aguarda que te muevas, que te mueras pasado, hacia delante porque hacia atrás no se puede.

Tomas tu mano derecha con la izquierda y caminas a tu par, pie derecho, pie izquierdo, indefinidamente. El suelo como una alfombra deslizante retrocede de a un paso por vez, a tu derecha siempre el mismo árbol, a tu izquierda siempre tu brazo derecho y la mano debajo te sujeta, tu cuerpo (el de la izquierda) no pisa la alfombra y tampoco se mueve.

Detrás tuyo queda el pasado, por siempre. Delante tuyo está el pasado, al alcance de tu mano, de tu boca, dueño de tus ojos de tus miedos, para siempre.

abril 22, 2011

Ida y vuelta

Desde tu mirada hasta la punta de tus pies hay un camino que anhelo seguir. Las dos lunas de tu rostro, impasibles, parpadeantes, ojos que cautivan y que cubres cuando quieres cubrir. Tu boca es el comienzo y el final del infierno (o del cielo si lo miro en el espejo) que encubre tu voz que calma mis deseos (cuando habla, pero cuando calla y besa).

En tu pecho se dibuja una constelación de sueños que acompañan el candor de tu vientre, en donde el ombligo sonríe y también se asombra. Como un pionero recorrí el camino hasta tus rodillas y me detuve a descansar y a recuperar fuerzas.

La punta de tus pies tienen un cartel que hace realidad los deseos... y las instrucciones para retornar.

abril 14, 2011

Un encuentro imposible

Te vi irte tres veces hoy sin poder alcanzarte ni detenerte, sin poder evitarlo ni lograr acompañarte. El mismo transporte verde y el color de tus ojos cubiertos por una sombra plástica. Reconocí tu perfil pero no tu silueta, lo matinal es confuso y lo confuso es real. Supe que habías partido porque el sauce llorón lloró y en los balcones no había color. Supe que había llegado tarde porque el reloj me hizo doler la muñeca y el corazón. Estuve a punto de gritar pero no pasó. Pasó que no pasó, como sea.
Quise apurar el paso y miraba para atrás. Estabas adelante y te perdí de vista... Luego más tarde regresé por el mismo camino suponiendo ibas a estar regresando... pero te estabas yendo de nuevo.

abril 11, 2011

Superhéroe

Me he puesto en el lugar del protector
un ser invencible que pudiera salvarte
o un ser invisible que supiera acompañarte
pero con poderes para lograr quitarte
las penas y el dolor
del mal sueño sin candor
de las llamas y el fragor
creí ser tu protector...

Un superhombre,
un superhéroe...

abril 06, 2011

Todo lo que muere...

"No puedo con esto" balbuceé mientras veía los naipes del castillo caer, no uno por uno sino todos juntos. Vi el rewind de mis días como un fast forward que me llevaba sin freno, sin poder frenar, al abismo, el mismo que trepé con mis manos y otras. En esa época no podía más que escalar y no mirar para abajo. Ahora veía con nuevo asombro el vacío que había llenado y el lleno que había vaciado. Irónico, paré dos minutos a tomar aire y se aflojó el nudo...

"No puedo con esto ahora" dije y la verdad es que no había podido con eso antes y no lo percibí. Y que podía suceder, siempre lo supe. El riesgo del alpinista, del que sube. Lo que nunca imaginé es que la soga que me sostenía podía ser desatada por sus manos...

"No puedo con esto" dije y ofrecí mi corazón completo por última vez. Abrí mi pecho con las uñas y lo dejé arriba de la mesa para su protección... luego me eché a morir.

abril 03, 2011

Inversión

Las historias nunca se repiten pero la naturaleza actúa de la misma manera sin poder el sujeto evitarlo. El objeto podrá evitarlo si es lo suficientemente rápido o astuto.
El sujeto, la araña, el objeto la presa. La araña espera paciente el momento en que la presa objeto se acerque lo suficiente, el objeto parece no percatarse de esto. Y se acerca, se acerca cada vez más.

En el momento en que el objeto se acercó lo suficiente, el sujeto ataca, y es cuando el objeto se convierte en sujeto y la araña en presa. El objeto fue suficientemente rápido. La araña fue paciente y no tuvo su recompensa.

abril 01, 2011

Despertar

Me fui a dormir contento, tranquilo y confiado, en mis manos amor y en mis ojos. Dormía al son de los vientos perfectos que habitaban la casa en cuya doméstica metereología nunca tormentas habitaron ni se avistaron.
Las mascotas, plácidas, no alteraban el compás y la alegría era. El amanecer era tan grato como el anochecer y más. Las ofrendas se intercambiaban y cada cual recibía lo que le faltaba y al otro le sobraba, y viceversa. La luna salía de noche, la noche cuidaba a la luna. El sol abrigaba y abrazaba, y abrasaba a veces.
Un lugar lejano se vistió de cierto desierto y la sed es la sed y el agua es dulce y se puede surcar.

Si todo esto fue real o lo soñé, no lo sé pero al despertar mi puño estaba vacío, y la arena del reloj del tiempo de mi vida se había escurrido entre mis dedos y alguien, extraño a nosotros, sacudió las sábanas mientras yo dormía y no desperté.