Hoy vi el río desde esta orilla. Tenía más agua que la última vez, había menos gente, no hacía calor, yo tosí mucho, tenía las manos en los bolsillos como la primera vez... aquella vez que me olvidé aquello... sentí ese frío de aquella vez y nunca pero nunca el calor. No estaba en el río, esta vez.
abril 30, 2012
abril 29, 2012
Instante
Podría reconocerla inmediatamente sin verla, con solo tocar la punta de sus dedos, estrechar la palma de sus manos y sentir el escalofrío de mi cuerpo... y luego, todo lo demás, pero mientras tanto... ese instante.
Un instante es
una catastrófica simplificación
del tiempo que no está o si
que en las pestañas al caer
o en los ojos al llorar
está o no.
Un instante es
inmenso con suspiro
y vano sin él.
Este dominante
instante
es insignificante
si está perdido,
en el frío
de las manos que
no se vuelven a juntar.
abril 24, 2012
Corazón de Diamante
Se sienta sobre un mar imaginario
Un colchón celeste bajo nubes blancas
Toma arena en su mano, y la deja caer
Sus ojos sueltan una lluvia de cristales
Que son brillantes gotas de agua y sal.
Y cada gota rueda por su rostro
Cuelgan de sus labios hasta caer
Las que caen al suelo seguro morirán
Y su destino de lágrima así cumplirán.
Las que logran salvarse de ese final
Caen sobre su pecho y se hacen diamantes
Y esas piedras se juntan,
Forman su corazón...
Corazón de diamante
En la playa esta noche lloró
Gotas al suelo cayeron
Gotas construyeron
De diamante su corazón...
abril 23, 2012
Es más fuerte que yo
El viento que cierra la puerta del dormitorio, el canto del grillo que nunca encuentro, la gravedad y la caída del sol. El tiempo y su implacable designio, el espacio y su insalvable distancia. El calendario y su inoportuna superposición. Su sonrisa y el imposible silencio. Mi sonrisa y la burla que me hace ese rostro en el espejo. El optimismo sin ninguna razón. El comienzo de una larga era, el final de una corta estancia. El estruendo de mi guitarra cayéndose al piso. Mi estéril inspiración, mi infalible memoria, mi mirada incesante, mi acidez estomacal, mi dolor de pecho, el golpe que me tira al piso y la mano que me levanta.
El Universo, Superman, el zodíaco, la mentira, la verdad, la obsesión, el misterio, la vergüenza y mi insignificante presencia.
El deseo de hacer reír, la ilusión de estar del otro lado de la puerta, la desilusión de ver las flores muertas, que una mueca de felicidad se asome cuando sé que es feliz, que una lágrima inexplicable me tome de sorpresa, el insípido extremo y la onda expansiva de mi insistente corazón... y mi debilidad...
...todo es más fuerte que yo.
El Universo, Superman, el zodíaco, la mentira, la verdad, la obsesión, el misterio, la vergüenza y mi insignificante presencia.
El deseo de hacer reír, la ilusión de estar del otro lado de la puerta, la desilusión de ver las flores muertas, que una mueca de felicidad se asome cuando sé que es feliz, que una lágrima inexplicable me tome de sorpresa, el insípido extremo y la onda expansiva de mi insistente corazón... y mi debilidad...
...todo es más fuerte que yo.
Predecible
Discúlpame,
hoy me encuentro
sofocando
estos planes que me
aterran
no es que no quiera
hablarte.
Hace tiempo
disfrutaba sumergirme
entre sueños y
promesas
adorarte...
Sabes que la magia no
es mi fuerte
soy tan predecible
y hay tantas luces
que detienen los instantes
no recuerdo cuantas
veces reclamaste mi silencio
Escúchame
desnudemos la
paciencia
hoy soy, eres tu y
mañana
no sabemos que
vendrá.
Discúlpame
hoy me encuentro
sofocando
estos planes que me
aterran
no es que no quiera
amarte.
abril 22, 2012
Poema
--- 1 ---
Mi nombre, el
innombrable, el que no nombras
y la tierna eternidad
de tu ternura
ensombrecen lo sombrío
de mis sombras
y endulzan el dulzor
de tu dulzura
Me ha tentado,
tentadora tentación
el saber que tu sabes
que yo supe
perderme en la perdida
perdición
de tenerte en lo que
tengo y lo que tuve
He corrido la carrera
de correrte
por caminos que camina
el caminante
y he querido, mi
querida, no quererte
distanciado en la
distancia, tan distante
Y el ensueño es este
sueño en que te sueño
y mis poderes,
poderosos, no han podido
adueñarse de lo que es
dueño tu dueño
ni olvidarse de lo que
olvida tu olvido
Y este amor, el que te
ama, sin amarte
no ha mentido la
mentira de mentirte
ni sufrido el
sufrimiento de sufrirte
pues recuerda el
recuerdo, al recordarte
--- 2 ---
En la protección de
protegerme me protejo
al mirarte en tus
miradas que me miran
y la lejana lejanía de
tu lejos
me sonríe al sonreírme
tu sonrisa
He negado que te niego
sin negarte
y sin poder, lo que
puedo he podido
encontrarme en el
encuentro al encontrarte
si me pides que no
pida lo que pido
Y he muerto en esta
muerte por morirme
abrazado en tu abrazo
al abrazarte
decidiendo, decidido
al decidirme
a jurarme que no juro
por jurarte
Silencioso es tu
silencio al silenciarme
y encantado, al
encantarme tus encantos
te doy todo lo que me has
dado al darme
cantando tus canciones
en mis cantos
Y digo que no he dicho
lo que dije
sentir, sintiendo lo
que siento
si tu vida es vivir
así, viviendo
elijo no elegir lo que
tu eliges
--- 3 ---
Pisando las pisadas he
pisado
tus temores y he
temido que me temas
penoso, apenado por
mis penas
y cambiando, estos
cambios que he cambiado
Repetías que repito,
repitiendo
que acertando,
acertaba mis aciertos
despertando,
despertares que despierto
y dormido, no dormía
aún durmiendo
Desnudar tu desnudez
me desnudaba
al vestir tu
vestimenta me vestías
alegrándome tu alegre
alegría
y a mi consuelo tu
consuelo consolaba
Viéndote yo al verme
me veía
esconderme, escondido
en mi escondite
y recorriendo recorridos
recorriste
la tristeza que tan
triste entristecía.
abril 20, 2012
Columpios
Una especie de columpio incesante con un yunque haciendo equilibrio sobre su ir y venir. Atado de pies y manos bajo el devenir de su vaivén me veo reflejado en su reflejo de pronto desenlace.
Cierta suerte de puño apretado con unas frágiles virutas de cristal que aprieto para no perder pero que astillo con mi fuerza (de voluntad, de espíritu o mi fuerte imbecilidad). Abro la mano y las suelto y se confunden con el piso que es de plata y resbaloso, pierdo el equilibrio y caigo de espaldas mirando nuevamente hacia arriba y no es un columpio sino dos, yo sigo atado de pies y mano, alguna mágica razón debe haber, magia negra.
Corro por un corredor, soy un corredor de a pie, no detengo mi marcha y cuando abro la última puerta, el abismo, miro hacia atrás y me pasé de largo... ahí estabas, presagio, avisándome que no siguiera que allá está el fin.
Cuando miro el abismo miro hacia abajo y veo ya tres columpios y debajo veo mis ojos enjugados esperando el golpe, el impacto, como quién se prepara para lo que es evidente. Entonces cierro los ojos e imagino que vuelo, y puedo descolgar el columpio pero no entiendo que el yunque pesa más que mis propias fuerzas (la de voluntad y la de espíritu, nada es mas fuerte que mi idiotez) es decir, entiendo mi debilidad, mi flaqueza...
Atajo un cuarto columpio y deposito ahí el yunque, ya son cuatro y la soga que ata mis pies y mis manos me tira hacia abajo y veo el yunque vacilar en los cuatro columpios. El desenlace se acerca lentamente, al revés que yo...
Un quinto columpio aparece de la nada y choca uno a uno los otros cuatros derribando finalmente los yunques que empiezan a caer. Cierro los ojos, atado de pies y manos, boca arriba... aprieto fuerte los puños, siento las virutas de cristal que nunca han desaparecido de mis manos...
Escucho el estrépito de los yunques en el piso, ninguno me alcanzó... abro los ojos, ya tengo las manos libres, las antes virutas de cristal son ahora arenilla... mi camisa blanca tiene marcas de sangre, que caen de mi labio, tanta fuerza hice, tan fuerte mordí... que me lastimé a mi mismo.. y llevo las pruebas sobre mi...
Cierta suerte de puño apretado con unas frágiles virutas de cristal que aprieto para no perder pero que astillo con mi fuerza (de voluntad, de espíritu o mi fuerte imbecilidad). Abro la mano y las suelto y se confunden con el piso que es de plata y resbaloso, pierdo el equilibrio y caigo de espaldas mirando nuevamente hacia arriba y no es un columpio sino dos, yo sigo atado de pies y mano, alguna mágica razón debe haber, magia negra.
Corro por un corredor, soy un corredor de a pie, no detengo mi marcha y cuando abro la última puerta, el abismo, miro hacia atrás y me pasé de largo... ahí estabas, presagio, avisándome que no siguiera que allá está el fin.
Cuando miro el abismo miro hacia abajo y veo ya tres columpios y debajo veo mis ojos enjugados esperando el golpe, el impacto, como quién se prepara para lo que es evidente. Entonces cierro los ojos e imagino que vuelo, y puedo descolgar el columpio pero no entiendo que el yunque pesa más que mis propias fuerzas (la de voluntad y la de espíritu, nada es mas fuerte que mi idiotez) es decir, entiendo mi debilidad, mi flaqueza...
Atajo un cuarto columpio y deposito ahí el yunque, ya son cuatro y la soga que ata mis pies y mis manos me tira hacia abajo y veo el yunque vacilar en los cuatro columpios. El desenlace se acerca lentamente, al revés que yo...
Un quinto columpio aparece de la nada y choca uno a uno los otros cuatros derribando finalmente los yunques que empiezan a caer. Cierro los ojos, atado de pies y manos, boca arriba... aprieto fuerte los puños, siento las virutas de cristal que nunca han desaparecido de mis manos...
Escucho el estrépito de los yunques en el piso, ninguno me alcanzó... abro los ojos, ya tengo las manos libres, las antes virutas de cristal son ahora arenilla... mi camisa blanca tiene marcas de sangre, que caen de mi labio, tanta fuerza hice, tan fuerte mordí... que me lastimé a mi mismo.. y llevo las pruebas sobre mi...
abril 17, 2012
Paradoja
Los instantes duran para siempre en nuestra memoria.
Los siempre duran instantes en nuestras manos...
abril 16, 2012
Espera
El tren de las 18 o el año nuevo, o un cumpleaños o una fecha especial. La última oveja contada antes de ir a dormir, las nubes pasajeras o la lluvia en Abril antes del frío. El pasajero que llega y el que se va y la persona que despide o recibe.
Un turno para dentro de tres semanas, el final de la película, del libro o del Universo. La vuelta al mundo en ochenta días o los que hagan falta, la llegada del hombre a la Luna, de una vez por todas.
El parte médico, el resultado de un examen, el minuto final de un partido de fútbol o la última mirada al amor.
Las peras que cuelgan del Olmo...
Todo involucra la espera, y la espera está en todo, infinitamente...
Un turno para dentro de tres semanas, el final de la película, del libro o del Universo. La vuelta al mundo en ochenta días o los que hagan falta, la llegada del hombre a la Luna, de una vez por todas.
El parte médico, el resultado de un examen, el minuto final de un partido de fútbol o la última mirada al amor.
Las peras que cuelgan del Olmo...
Todo involucra la espera, y la espera está en todo, infinitamente...
abril 15, 2012
Las Maravillas
Son seres curiosos, las maravillas. Extrañas criaturas que observan escondidas tras los árboles, sin lograr pasar desapercibidas por el sonido de su risa nerviosa. Tímidos seres que se ocultan, escondiendo su forma amistosa y la magia de su voz.
Parecen sirenas, su canto embelesa a los humanos, a los hombres que enloquecen ante su belleza, el brillo de sus ojos, su atuendo colorido y la voz ínfima con la que pronuncian frases llenas de ternura y docilidad.
Al hablar con una maravilla siempre te saludan con alegres gritos y se despiden diciendo siempre sonrientes
Son seres cariñosos. Las maravillas siempre que dicen quererte, dicen la verdad y uno se alegra, encantado porque también las quiere. Las quiere desde el primer momento que las trata.
Pero un defecto tienen las maravillas: viven en los sueños, lejos de los hombres y cuando un hombre logra acercarse, salvando distancias, las maravillas luego de comunicarse y quererlos, suelen alejarse un poco más dejando al hombre con sus sueños y yéndose a vivir en los sueños de alguien más.
Ese hombre, por siempre amará a esa Maravilla.
abril 14, 2012
Las Sardinas
Pocos saben que las sardinas conocen todos los
secretos. Las sardinas saben como solucionar el hambre, el odio, el
calentamiento de la tierra y todos los problemas de la humanidad. Estos seres
que han logrado aprender el lenguaje de los hombres para poder comunicarnos
esas soluciones, durante siglos han viajado miles de kilómetros bajo el agua
para reunirse con los líderes mundiales. Pero en su periplo muchas amenazas
deben sortear, la mayoría perece en las fauces de depredadores marinos que las
exterminan. Delfines, tiburones, atunes y alcatraces aparecen desde todas
partes para comer miles y miles de sardinas.
Las que sobreviven nadan en pánico hasta las redes de los hombres y cuando
estos retiran las redes, ellas ya no tienen aliento para hablar, y solo quedan
con la boca abierta sin emitir sonido.
Los hombres siempre han creído que es porque les falta el aire y se ahogan.
Luego las encierran en latitas. Más tarde se comen en aceite a las sardinas y
las soluciones a todos sus problemas.
abril 13, 2012
Parques
Una de las
cosas que me sorprendió de mis últimos dos viajes fue el hecho de no recordar
haber ido al parque en muchísimo tiempo. Y llegué a pensar que no existían
parques aquí como los hay allá. Parques cómodos, soleados, verdes, con gente
feliz, con gente haciendo su tarde, distantes de las tardes de los demás. Como
si el aire se respirara mejor.
Noté que había
cosas para ver, para hacer. Noté que nadie me molestaba ahí . Porque a veces me
molesta estar rodeado. O sentirme observado.
Volví con esa
entre otras ideas rondándome la cabeza. Y si bien no son idénticos, sino más
pequeños, por ejemplo, descubrí que acá también hay parques que no visito.
Y fui y todo
eso que vi allá también estaba aquí. Había aire, de ese que da gusto respirar.
Había chicos que jugaban entre ellos o con sus padres. Jóvenes en sus propios
asuntos. Viejos en los suyos. Cosas para ver y hacer.
Era todo tan
parecido que hasta estaba yo. Pero algo era distinto. Algo estaba faltando. No
estabas vos.
Me di cuenta
que es lo que me gusta de los parques
abril 09, 2012
Luces Blancas
Luces blancas,
paredes que encierran sensaciones,
almas que evitan las razones,
sueños sin tormentas ni visiones...
decora el rubor al corazón...
Luces blancas,
despiertan del espejo la pasión,
esconden en los ojos el ardor,
del fuego de su hermoso calor...
reviven sus miradas el amor.
Luces blancas,
son para ellos los destellos,
y el relato es tan bello
que ellos sólo sueñan...
que nunca se convierta en canción.
abril 07, 2012
Sal
Me había acostumbrado a no recordar lo que es llorar, es una cascada de agua, que deja sal en las mejillas y en los pómulos... y no sé si sé los motivos... veo una habitación en penumbras, creo que adivino las formas en la pared, en el techo y en el suelo... tengo calor y siento la sal en mis labios... y el agua caer... me acostumbré a olvidarme que esto es llorar... un poco de sal con y sin por qué.
abril 05, 2012
Fugaces sueños pasados por agua
Nunca antes había recorrido tan rápido esa distancia que nos separa y nunca me había llevado tanto tiempo estar cerca tuyo, una vez salvada esa distancia. El cielo, furioso, hizo realidad sus amenazas azotando nuestro sueño de esa noche con una tormenta repleta de agua y vientos y rayos y viento y truenos y vientos y todo eso que ya sabés porque estabas ahí. Mientras esperábamos juntos, pero no uno al lado del otro, a que todo empezara a terminarse yo tirité con todo mi cuerpo, los huesos calados. No recuerdo haber tenido tanto frío ni tanto miedo en tener tanto frío, ni siquiera en sueños.
En una especie de trinomio milagroso, la música se juntó con la luz y la tormenta dejó de ser importante o estar presente... y todo siguió como debía seguir, inclusive el final que fue el principio de cruzarnos en una calle que yo no conocía y que ninguno de los dos sabía adonde terminaba ni adonde estaba el otro, y fue ese instante de verte verme con tus ojos que son los de siempre, por algún motivo fantástico y por algún otro cruel, tan cruel... descubrir que éramos lo mismo, como tantas veces soñé.
Con la forma de dos gotas de agua que cubrían a dos personas... nos saludamos como yo nunca quiero, caminamos como muchas veces y más que nunca, esperamos como ya esperamos una vez y entonces tu cuerpo que empieza, para nunca parar, a tiritar.
Yo sé todo: sé que tenés frío, sé que odias el frío y al verte así, a mi el frío se me va y desde lo más profundo de mí llega una inmortal necesidad de quererte, de cuidarte, de salvarte, de protegerte... una necesidad que es mía desde siempre y que vos, orgullosamente, no necesitas necesitar. Todo esto hace que me empiece a raspar la piel con las uñas, intentando lograr una piel que te proteja, que te abrigue, que te cuide, que te de serenidad, que te relaje, que te haga recostar tu cabeza en mi pecho, que haga que te abrace, que te dejes abrazar y que ese frío pasado por agua sea fugaz, pero que el sueño sea eterno, que no terminen nunca estas pocas horas, que no terminen... es lo único que pido a cambio de este frío...
En una especie de trinomio milagroso, la música se juntó con la luz y la tormenta dejó de ser importante o estar presente... y todo siguió como debía seguir, inclusive el final que fue el principio de cruzarnos en una calle que yo no conocía y que ninguno de los dos sabía adonde terminaba ni adonde estaba el otro, y fue ese instante de verte verme con tus ojos que son los de siempre, por algún motivo fantástico y por algún otro cruel, tan cruel... descubrir que éramos lo mismo, como tantas veces soñé.
Con la forma de dos gotas de agua que cubrían a dos personas... nos saludamos como yo nunca quiero, caminamos como muchas veces y más que nunca, esperamos como ya esperamos una vez y entonces tu cuerpo que empieza, para nunca parar, a tiritar.
Yo sé todo: sé que tenés frío, sé que odias el frío y al verte así, a mi el frío se me va y desde lo más profundo de mí llega una inmortal necesidad de quererte, de cuidarte, de salvarte, de protegerte... una necesidad que es mía desde siempre y que vos, orgullosamente, no necesitas necesitar. Todo esto hace que me empiece a raspar la piel con las uñas, intentando lograr una piel que te proteja, que te abrigue, que te cuide, que te de serenidad, que te relaje, que te haga recostar tu cabeza en mi pecho, que haga que te abrace, que te dejes abrazar y que ese frío pasado por agua sea fugaz, pero que el sueño sea eterno, que no terminen nunca estas pocas horas, que no terminen... es lo único que pido a cambio de este frío...
abril 01, 2012
Cosmogónica
De chicos teníamos una extraña fascinación por la oscuridad y las estrellas. Mirábamos entre las hendijas de las persianas el parque a oscuras donde bichitos de luz titilaban en un encantador juego de flashes. El silencio en la calle y en la casa nos obligaba a susurros, nuestro plan nunca debía ser descubierto antes de tiempo por nuestros padres.
El objetivo era tirarse en el pasto húmedo a ver el cielo de noche, las estrellas que aparecían a los ojos que se abrían cada vez más fascinados por la infinita e interminable cantidad de astros disponibles en el cosmos. Luego empezaríamos la cuenta de estrellas fugaces, competencia que involucraba más de una falsa aparición.
En puntas de pies, con una linterna pequeña salíamos del cuarto y cruzábamos el pasillo principal. Salir por la puerta delantera era un error porque el ruido alertaría a nuestros padres guardianes, durmientes. La puerta trasera era más silenciosa, pero el camino más largo: salir por el patio y rodear la casa por el pasillo lateral. Además, el perro delator. Para el siempre teníamos una golosina, perro contento, perro silencioso.
Llevábamos caramelos que guardábamos para estas noches cosmogónicas fraternales... y llevábamos unas lonas para no mojarnos con el rocío de la madrugada ni llenarnos de pastos que luego pican en las piernas y en los brazos...
Todo este proceso nos llevaba unos veinte minutos hasta que, por fin, nos echábamos cara arriba a mirar, contar y competir, caramelos mediante...
Casi siempre interrumpía la cuenta algún ruido sospechoso, misterioso y desconocido que provenía de la más profunda oscuridad. Esto provocaba que nos levantáramos repentinamente y saliéramos corriendo, entre ladridos del perro, arrastrando las lonas que quedaban tiradas en el medio del camino de vuelta y entráramos nuevamente por la puerta de atrás, la cual cerrábamos apresuradamente sin importarnos el ruido, llegábamos jadeando a la habitación y nos tapábamos hasta la cabeza...
Segundos después, nuestro padre entraba en la pieza y mientras nos apagaba la luz, nos preguntaba...
"¿Quién vió más estrellas fugaces?"
Nosotros pedíamos que dejara la luz prendida, aunque sea la del pasillo...
En puntas de pies, con una linterna pequeña salíamos del cuarto y cruzábamos el pasillo principal. Salir por la puerta delantera era un error porque el ruido alertaría a nuestros padres guardianes, durmientes. La puerta trasera era más silenciosa, pero el camino más largo: salir por el patio y rodear la casa por el pasillo lateral. Además, el perro delator. Para el siempre teníamos una golosina, perro contento, perro silencioso.
Llevábamos caramelos que guardábamos para estas noches cosmogónicas fraternales... y llevábamos unas lonas para no mojarnos con el rocío de la madrugada ni llenarnos de pastos que luego pican en las piernas y en los brazos...
Todo este proceso nos llevaba unos veinte minutos hasta que, por fin, nos echábamos cara arriba a mirar, contar y competir, caramelos mediante...
Casi siempre interrumpía la cuenta algún ruido sospechoso, misterioso y desconocido que provenía de la más profunda oscuridad. Esto provocaba que nos levantáramos repentinamente y saliéramos corriendo, entre ladridos del perro, arrastrando las lonas que quedaban tiradas en el medio del camino de vuelta y entráramos nuevamente por la puerta de atrás, la cual cerrábamos apresuradamente sin importarnos el ruido, llegábamos jadeando a la habitación y nos tapábamos hasta la cabeza...
Segundos después, nuestro padre entraba en la pieza y mientras nos apagaba la luz, nos preguntaba...
"¿Quién vió más estrellas fugaces?"
Nosotros pedíamos que dejara la luz prendida, aunque sea la del pasillo...
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